El ajedrez, gracias a sus características lúdicas e intelectuales, es un recurso pedagógico apropiado para ayudar a que los niños desarrollen múltiples habilidades mentales que, sin duda, optimizarán sus procesos de aprendizaje. Colocar el ajedrez al servicio de la educación no sólo tiene como finalidad desarrollar el arte de pensar, sino también cultivar y fomentar los valores y las habilidades sociales. Dada sus propiedades es un escenario ideal a través del cual el maestro puede continuar la sana construcción del mundo interno de los niños a través del desarrollo de habilidades de pensamiento.

 

Ajedrez